Algunos expertos califican el conflicto como “la cuarta crisis mundial del petróleo”, ya que los precios del gas licuado de petróleo en México se han disparado, a pesar de estar regulados desde la segunda mitad del año pasado, mientras que los precios de las gasolineras han subido más allá del tradicional esquema de estabilización de precios de los combustibles del país.
“El aumento fue inmediato, y tiene un impacto directo en las gasolinas y el diésel, no sólo porque importamos entre el 60% y el 70%, sino porque lo que procesamos localmente necesita un componente de petróleo liviano importado, y si una parte del producto sube [de precio], claramente el producto en sí se vende a un precio mayor”, dijo a BNamericas Susana Cazorla, socia de la consultora SICEnrgy.
México subvenciona un impuesto especial sobre los combustibles: el IEPS.
Así, mientras los precios suben, los combustibles se mantienen estables desde el punto de vista del comprador.
Pero fue en la segunda quincena de febrero, cuando los precios del petróleo superaron la barrera de los 120 dólares diarios, cuando la subvención llegó a su límite para algunos productos, cubriendo el 100% del IEPS, pero no consiguió evitar que los precios al consumo siguieran subiendo.
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, dijo que el nuevo subsidio se financiará principalmente con los mayores ingresos derivados de las exportaciones de petróleo de Pemex debido a un precio internacional favorable.
El gobierno ha dejado claro en muchas ocasiones que quiere que México deje de exportar su producción de petróleo lo antes posible y lo refine localmente.
En 2015 la gasolina en Brasil era un 4% más barata que en México.
Con el objetivo de ahorrar más, el presidente de México, Andrés Manual López Obrador, ha propuesto eliminar el horario de verano en el país, con el argumento de que perjudica la salud, además de ser impopular.
“Es muy probable que no haya más horario de verano porque la gente no quiere este cambio de horario”, anunció el presidente en su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
Criticó el horario de verano, que comienza el primer domingo de abril, cuando se adelantan los relojes una hora, y termina el último domingo de octubre, excepto en los estados de Quintana Roo (sureste) y Sonora (noroeste), que no cambian, así como la frontera norte, que adopta el cambio de Estados Unidos.
El presidente incluso prometió una consulta para conocer la opinión de la población, pero anunció que la propuesta del gobierno sería eliminarla.
También dijo que el ahorro energético es mínimo y que la población debe comprometerse a ahorrar energía.
El presidente mexicano también rechazó que su propuesta tenga consecuencias económicas como la devaluación del peso mexicano o las desinversiones.
“No va a haber ningún problema, al contrario, los inversionistas tienen mucha confianza en México, porque ahora se acabó la corrupción y hay un auténtico estado de derecho, por eso está llegando la inversión extranjera como nunca antes”, afirmó López Obrador.