El futuro de Bitcoin en EE.UU.: ¿Será confiscado como el oro en 1933?

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El famoso inversionista de Bitcoin, Max Keizer, ha hecho un sorprendente anuncio: predice que Estados Unidos confiscará bitcoins, de manera similar a como confiscó el oro en 1933. Aunque esta idea pueda parecer poco factible, no se puede negar que en el pasado el gobierno estadounidense ha confiscado oro de su propio pueblo en el siglo pasado. Algunos teóricos incluso sugieren que la fecha de nacimiento de Satoshi Nakamoto, el creador de Bitcoin, el 5 de abril, coincide con el día en que se produjo la confiscación del oro, como una especie de recordatorio del poder del gobierno sobre los activos financieros de sus ciudadanos.

Keizer, quien es conocido por predecir el colapso económico de Estados Unidos en el estilo de 1987, refiriéndose al “Lunes Negro” en el que las acciones de las bolsas estadounidenses cayeron en picada y se desató el caos, no parece estar preocupado por la inminente crisis. De hecho, este personaje de la radio se encuentra bien posicionado en Bitcoin, al que considera como el “último refugio seguro” en medio de la incertidumbre económica. De hecho, en sus redes sociales, ha afirmado que Bitcoin superará al oro llegando a los 500.000 dólares.

Sin embargo, Keizer advierte a otros inversores que podrían estar en peligro, ya que, en su opinión, cuando se produzca el colapso de Estados Unidos, el gobierno estadounidense confiscará no solo los bitcoins, sino también a los mineros y a los fondos de inversión en Bitcoin. ¿Por qué Max Keizer predice un colapso catastrófico del mercado de valores estadounidense? Este experto en Bitcoin ha aconsejado al presidente Nayib Bukele de El Salvador, país que se ha convertido en el primero en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal.

Keizer, un “máximalista” de Bitcoin, es un creyente acérrimo en esta criptomoneda y tiene serias preocupaciones sobre la economía estadounidense. En sus redes sociales, ha compartido mensajes en los que cita al multimillonario inversor Stanley Druckenmiller para explicar su predicción sobre la caída económica. Según Druckenmiller, hubo una disminución en los dividendos y la Reserva Federal había estado presionando al mercado durante un tiempo. Además, señaló que la fortaleza del mercado estaba principalmente concentrada en las acciones de gran capitalización.

Keizer opina que la crisis de 1987 está repitiéndose y argumenta su punto citando una investigación de la Kobeissi Letter que revela que el 10% de las acciones más grandes contribuyen con el 75% del valor de mercado. El estudio comparó esta situación con la Gran Depresión de 1931, la burbuja de Internet de 72% y la crisis financiera de 2008 con un 66%.

El colapso estilo 1987 se acerca y, según Keizer, Bitcoin será el refugio seguro que alcanzará los 500.000 dólares. “El oro seguirá siendo demonetizado por Bitcoin”, afirmó Keizer, añadiendo que un millón de migrantes de clase media y alta llegarán a El Salvador.

Este experto en Bitcoin sostiene que Estados Unidos confiscará a los mineros de Bitcoin y a los fondos de inversión en criptomonedas. Aunque Keizer considera que Bitcoin es una buena opción como refugio seguro, no todos los inversores están de acuerdo con esta visión. En una de sus publicaciones, Keizer mencionó que el gobierno estadounidense confiscará los activos de los fondos de inversión en Bitcoin y a los mineros de criptomonedas.

Los ETFs permiten tener una exposición a los ingresos de Bitcoin, pero algunos inversionistas prefieren poseer sus activos de forma autónoma, especialmente aquellos que desconfían de sus gobiernos. En 1933, Estados Unidos prohibió a los ciudadanos comprar oro durante 42 años, obligándolos a renunciar a prácticameente todo su oro, salvo pequeñas cantidades en joyas y monedas de colección.

Es posible que este haya sido uno de los mayores fraudes financieros de la historia. Sin embargo, como en la historia pasada, algunos creen que el gobierno estadounidense podría intentar confiscar los bitcoins de sus ciudadanos. Con la creciente popularidad y adopción de Bitcoin, es una posibilidad que no se puede ignorar.