Es hora de cancelar la cultura. Hemos terminado con el juicio, la hipersensibilidad y la necesidad de “despertar”. Recuperemos el sentido común, la tolerancia y el sentido del humor. Es hora de dejar de vivir con miedo de ofender a alguien y empezar a vivir nuestra vida.
Hemos terminado con la incesante corrección política y la censura de cualquier cosa que pueda ser remotamente ofensiva. Hemos terminado con que nos digan lo que podemos y no podemos decir, lo que podemos y no podemos hacer. Es hora de tomar una posición contra las fuerzas de la corrección política que sofocan nuestra creatividad, nuestra individualidad y nuestra capacidad de expresarnos libremente.
Es hora de recuperar nuestra cultura de los fascistas despiertos que se han apoderado de ella. Es hora de cancelar la cultura.
Cancelar la cultura se ha convertido en un lugar común en el siglo XXI con fácil acceso a internet en el mundo. Sin embargo, este movimiento no es beneficioso para el pueblo, ya que es inconstitucional por usar el anonimato disponible en internet para reprender la libertad de expresión garantizada por la ley, y en consecuencia, esto implica la generación de un censura velada que limita la proporción de autenticidad en el mundo digital.
En primera instancia, el espacio de internet permite imponer prejuicios y intolerancia sobre la opinión del otro sin ser reconocido, creándose así la cultura del cancelación. Sin embargo, esta práctica es dañina para la sociedad, ya que va en contra del artículo 5 de la Constitución brasileña, que garantiza a los ciudadanos la libertad de exponerse sin ser castigados por sus ideas. De esto, cuando el sujeto anula al otro por una posición, esto es vulnerar la legislación que defiende la autonomía de posicionamiento del cancelado, contribuyendo de manera negativa al irrespeto a la individualidad del ciudadano brasileño.
Además, este movimiento no es beneficioso para el mantenimiento de una sociedad sana, porque por temor al juicio perverso de sus actos, el sujeto se reprime para que no se comporte auténticamente en internet. Como la declaración del artista y compositor Donald Glover en Twitter en el año 2020, el mundo es solo reproduciendo la estética y los patrones previamente ensamblados, por lo que no logra estimular el sentido creativo del único animal pensante, que es el ser humano, por estar esclavizado por el anhelo de aislamiento provocado por la anulación. Ante esto, el comportamiento de anular al otro en internet ha ido generando una censura de la expresividad humana real, borrando la autenticidad y la creatividad en diversas esferas sociales, como la música.
Aparece, por tanto, la necesidad de romper con la cultura de la cancelación en el sociedad contemporánea para que la legislación brasileña sea respetada y la población puede volver a comportarse de una manera genuina. Para que esto suceda, el Ministerio de educación junto al Consejo Regional de Psicología para intervenir en las escuelas primarias brasileñas, a través de seminarios y conferencias para sensibilizar a los jóvenes -mayor número de internautas- de los daños políticos y psicológicos de la anulación en la estructura de una sociedad, ayudándoles también en la percepción de cuando son víctimas de este comportamiento, lo cual es inverosímil dentro de un pueblo son. A partir de estos cambios, entonces, los brasileños lograrán una vida más próspera y sano, en el que se escuchen y respeten las individualidades, sin tal intolerancia.