El objetivo de la ciudad sostenible es reducir los impactos de la urbanización sobre el medio ambiente a través de cambios en la dinámica de la ciudad. Por esta razón, es necesario aumentar el número de estas ciudades, ya que son de gran importancia para el bienestar de la población y el medio ambiente, ya que ayudan a controlar la contaminación y también mejoran la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. .Las ciudades sostenibles son aquellas que se caracterizan por su capacidad para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, reducir el impacto ambiental y generar un desarrollo económico sostenible. En otras palabras, las ciudades sostenibles buscan conciliar el crecimiento urbano con la protección del medioambiente.
A nivel mundial, las ciudades están en constante evolución y se espera que el 70% de la población mundial viva en zonas urbanas para el año 2050, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esto significa que el futuro de nuestro planeta está cada vez más en manos de las ciudades y es por ello que la importancia de lograr un desarrollo urbano sostenible es cada vez mayor.
Las ciudades sostenibles ofrecen una serie de beneficios tanto a nivel ambiental como social y económico.
Una de las medidas para hacer sostenible la ciudad es reducir la emisión de contaminantes. Para que esto sea posible, es fundamental la creación de transporte público eficiente y, según un reportaje del diario O Estadão, la ciudad de Curitiba, en Paraná, es un ejemplo de ello, porque su modelo de transporte es un modelo de eficiencia. Sus buses cuentan con carriles exclusivos para agilizar el viaje y están interconectados, facilitando los desplazamientos entre barrios. Esto hace más atractivo el transporte público y la población utiliza menos el transporte individual y, en consecuencia, reduce la emisión de gases contaminantes derivados de la quema de combustibles. Por ello, es importante aumentar el número de ciudades sostenibles para el bienestar del planeta.
Además, crear una ciudad más sostenible mejora la calidad de vida de sus habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud, la calidad de vida del individuo implica el bienestar físico y mental, así como su relación con el resto de la sociedad y el entorno en el que viven. Esto significa vivir en un lugar donde las relaciones con otras personas y con la ciudad sean armoniosas. Para ello, es necesario hacer que la ciudad sea menos agresiva con el medio ambiente, por ejemplo, creando medidas para reducir el desperdicio de agua y la contaminación del aire, será posible reducir las posibilidades de que los habitantes adquieran enfermedades causadas por la contaminación, como la enfermedad pulmonar. cáncer y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Así, uno de los impactos de tener una ciudad más sostenible es tener una población más sana.
Por tanto, los beneficios de una ciudad sostenible se notan no sólo a corto plazo, con la mejora de servicios, como el transporte, sino también a largo plazo, con la reducción de pacientes crónicos. Por tanto, es necesario aumentar el número de estas ciudades para poder, entonces, garantizar a las generaciones futuras un espacio de calidad para vivir.